El mes de noviembre comienza con un día muy especial dentro del calendario de otoño: la festividad de Todos los Santos. Este día es una solemnidad cristiana instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para reparar tantos olvidos de los Santos por parte de los fieles.
Como antesala de la fiesta, en la tarde anterior, en Inglaterra se realizaba una vigilia que recibía el nombre de All Hallow’s Even (Vigilia de Todos los Santos). Con el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando: All Hallowd Eve…. All Hallow Een…. Halloween. Como resultado se ha generado esta “fiesta” pagana sin sentido y sin valores, que la cultura española ha introducido en su sociedad, por desgracia, motivada por la opresión comercial y el consumismo.
Sin embargo, pese a quien pese, este día de Todos los Santos es propicio para dar gracias… Gracias por cuantas personas nos precedieron en el camino de la fe y se jugaron la vida por los demás. Y gracias, también, por las numerosas intercesiones que se nos conceden a través de los santos.
Cartagena por estas fechas se llena de puestos de flores. Los habituales de la plaza Juan XXIII, junto con los temporales del Paseo de Alfonso XIII y de las inmediaciones de los cementerios, reciben a numerosos vecinos de la Ciudad Portuaria que se acercan para comprar flores. Una costumbre básica de la fiesta ha sido la visita a los cementerios. Se va a ellos para arreglar y adornar las tumbas de los familiares y para rezar por los mismos. Cartagena cuenta con dos cementerios principales: el de Nuestra Señora de los Remedios, en Santa Lucía, y el de San Antonio Abad, en Los Dolores.
En este día de precepto los templos sagrados se llenan de fieles. También es costumbre celebrar por esta festividad, tras la Eucaristía en la Iglesia del cementerio de Santa Lucía, un responso frente la cruz que preside la explanada central del recinto, en memoria de todo los que descansan allí, donde también se depositan flores. Asimismo, la Armada rinde homenaje a los marinos fallecidos en su panteón y frente a la tumba de Isaac Peral, donde se realiza una ofrenda floral.
Cartagena por estas fechas se llena de puestos de flores. Los habituales de la plaza Juan XXIII, junto con los temporales del Paseo de Alfonso XIII y de las inmediaciones de los cementerios, reciben a numerosos vecinos de la Ciudad Portuaria que se acercan para comprar flores. Una costumbre básica de la fiesta ha sido la visita a los cementerios. Se va a ellos para arreglar y adornar las tumbas de los familiares y para rezar por los mismos. Cartagena cuenta con dos cementerios principales: el de Nuestra Señora de los Remedios, en Santa Lucía, y el de San Antonio Abad, en Los Dolores.
En este día de precepto los templos sagrados se llenan de fieles. También es costumbre celebrar por esta festividad, tras la Eucaristía en la Iglesia del cementerio de Santa Lucía, un responso frente la cruz que preside la explanada central del recinto, en memoria de todo los que descansan allí, donde también se depositan flores. Asimismo, la Armada rinde homenaje a los marinos fallecidos en su panteón y frente a la tumba de Isaac Peral, donde se realiza una ofrenda floral.
Por otra parte, al igual que en el día de Reyes es típico el roscón, o por San Antón los rollitos, por el día de Todos los Santos las pastelerías pueblan sus escaparates con buñuelos de viento, huesos de santo y panellets.
Finalmente, conviene recalcar el verdadero sentido de esta fiesta, a pesar de las adaptaciones que ha ido haciendo la sociedad, puesto que el día de Todos los Santos es, segun el Papa Francisco, un día de "alegría serena y tranquila". "Pensemos en nuestro corazón y preguntémonos: ¿dónde está anclado mi corazón? Si no está bien anclado, anclémoslo allá (…) donde está Dios”…
Entrada publicada el 03/11/13
Entrada publicada el 03/11/13