Casa de las Hermanitas de los Pobres

En la anterior entrada pudimos conocer uno de los barrios más característicos de la Ciudad Portuaria. Sin duda alguna, uno de sus edificios más emblemáticos es el de las Hermanitas de los Pobres, una casa muy querida y respaldada por los cartageneros que realiza una función social digna de admirar.

La presencia de las Hermanitas en Cartagena se lo tenemos que agradecer a la familia León Arroyo, que tenía un ardiente deseo de que los ancianos de la ciudad pudieran estar atendidos dignamente, ya que se encontraban muy desamparados. Con la colaboración de Presentación de Monzón, la familia presenta la inquietud a la Casa Madre y la petición al Obispo de Cartagena. Ambas respuestas fueron afirmativas, y la familia realiza la fundación de Cartagena en 1882. En un principio se instalaron en un local de la calle Escorial. Posteriormente se trasladaron hasta la calle Sagasta y poco más tarde a la casa de los Cuatro Santos, propiedad de la Diócesis, que el Obispo donó para la causa.

La Providencia siempre ha acompañado a las Hermanitas en Cartagena, puesto que tras adquirir la nueva casa, pudieron rehabilitarla tempranamente con la intención de poder acoger a más ancianos. Sin embargo, el proyecto siguió aspirando a más y se decidió apostar por la actual casa, de nueva construcción, que abrió en 1929 tras la adquisición, tres años antes, de los terrenos en el barrio de la Concepción. La obra del edificio fue dirigida por el arquitecto modernista Víctor Beltrí, clave en la arquitectura local.

En homenaje a la señora de León, la promotora, la nueva casa incorporó una campana a la que le pusieron su nombre, Josefa. El 4 de junio de 1930 tuvo lugar la inauguración oficial, realizada por el arcipreste de la zona, ya que el Obispo no pudo asistir al encontrarse indispuesto.

Tal y como pudimos conocer en una entrada anterior, uno de los efectos más característicos del clima de Cartagena es la denominada gota fría. En el año 2000, este fenómeno provocó el desbordamiento de la Rambla de Benipila y se derrumbó la tapia del recinto, paralela a esta. El agua atravesó todo el huerto y llegó hasta la casa, provocando grandes daños materiales. Sin embargo, una vez más, el pueblo cartagenero se volcó con las Hermanitas que, desde diferentes estamentos, prestó una ayuda incondicional. Sin embargo, teniendo en cuenta el gran deterior de la casa, así como la falta de adaptaciones requeridas hoy en día, se plantea una reforma integral con la que poder prestar un mejor servicio a los ancianos.

En el año 2009, los ancianos fueron trasladados a Murcia, puesto que iba a dar comienzo la remodelación. Esta supuso mantener solamente las fachadas, elevar la estructura mediante una placa para evitar las inundaciones, renovar toda la instalación eléctrica y tuberías y reconstruir la cubierta, entre otros aspectos. Las obras duraron entorno a cuatro años, dándose por finalizadas el 19 de noviembre de 2013 cuando un pequeño grupo de ancianos regresó a su casa en Cartagena. La inauguración oficial tuvo lugar en mayo de 2014, y esta vez sí, por el Obispo de Cartagena.


La residencia tiene cabida para unas 65 personas y cuenta con habitaciones individuales, una capilla pública, sala de rehabilitación, varios comedores, salas multiusos, salón de actos, etc. Sin duda alguna, se trata de una gran casa en la que los ancianos de nuestra ciudad no solo disponen de unos servicios elementales para su día a día, sino que cuentan con el cariño y generosidad de las Hermanitas y de cuantos colaboran con la causa.

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 Entrada publicada el 17/05/16