En la anterior entrada conocimos un poco sobre la historia de las Hermanitas de los Pobres en Cartagena. En esta entrevista a las religiosas, vamos a poder adentrarnos en la importante labor que las hermanitas realizan con nuestros ancianos.
¿En qué consiste exactamente la misión que llevan a cabo?
¿En qué consiste exactamente la misión que llevan a cabo?
Tanto en Cartagena como en el resto de las casas, nuestra misión consiste principalmente en el cuidado de los ancianos pobres. Cuidado material, físico y espiritual. Acogemos en nuestras casas a mayores de 65 años con escasos recursos económicos, e intentamos hacerles vivir en un hogar, para que se sientan como en una familia. Y también, respetando las creencias que pueda tener cada uno, les acercarnos a Dios en los últimos días de sus vidas.
Sin duda alguna una gran misión, con quienes siempre tienen mucho que enseñarnos… Sobre los abuelos cartageneros ¿cómo son?
Como en todas las ciudades, hay de todo. En general poseen un carácter muy alegre y muy abierto. Tienen la peculiaridad de la gente de la costa, ya que muestran una disposición de apertura muy grande, que les hace ser muy acogedores. Son muy amantes de lo suyo. Señalar también que en nuestra casa hay ancianos que no son naturales de Cartagena que, gracias al carácter de los de aquí, se sienten muy integrados y acogidos.
¿Qué servicios se prestan en la casa?
La casa presta una atención integral al anciano. Se atienden todas las facetas de una persona: atención médica, ayuda para sus funciones diarias (vestirse, comer, etc.), servicio de limpieza, cocina… Ellos también pueden ayudarnos, para sentirse útiles. Sus necesidades materiales están cubiertas. Dentro de estos servicios también entra la peluquería, el médico y actividades lúdicas, entre otros. Contamos con una terapeuta ocupacional y con una trabajadora social.
Además de estas actividades, para nosotras también es un servicio espiritual. Tenemos Misa diaria, contando con un capellán muy acogedor. Y nosotras, en la medida de nuestras posibilidades, con nuestro testimonio de vida y nuestra oración, les hacemos partícipes del espíritu cristiano.
Un trabajo encomiable… Por otra parte, ¿quiénes pueden acceder al asilo?
Los requisitos indispensables son que sean mayores de 65 años y que sean pobres, personas con pensiones bajas. Aún así, siempre se estudian todos los casos uno a uno. Otro requisito, que actualmente se pide en esta residencia de Cartagena, es que estén válidos, puesto que las plazas de asistidos están cubiertas en demasía.
¿Cuántas plazas hay en total?
Contamos con 65 plazas, de las cuales están cubiertas 63.
Santa Juana Jugán fue la fundadora de la Congregación, ¿cree que se sigue viviendo hoy en día el espíritu de la santa?
Lo intentamos, dentro de nuestro límite y de los tiempos en los que vivimos. Los ancianos son diferentes. La pobreza de aquellos días no es la pobreza de hoy, así como tampoco lo son los recursos y medios. Intentamos vivir el espíritu y transmitirlo. Aún así, las actuales normativas, como las de seguridad, nos limitan un poco el espíritu familiar.
Si alguna joven cartagenera leyera esta entrevista ¿qué les dirían respecto a la vocación religiosa, a través de las Hermanitas de los Pobres?
Ven y verás. Es compartiendo como creemos que se puede sentir mejor esa llamada del Señor. La vocación hay que descubrirla, y esto no se va a hacer desde el sofá de casa. Quizás nuestro ejemplo, nuestro testimonio, es lo que les podría llamar la atención.
En cuanto al día a día en la casa, ¿es una monotonía o hay diferentes actividades en las que puedan participar los ancianos?
Monotonía para nada. Ellos mismos a veces dicen que están muy ocupados. A parte de sus ocupaciones y rutinas personales, nosotras hacemos un plan con actividades para el mes. Hay algunas que son fijas, como la terapia ocupacional, la gimnasia grupal, el bingo, el taller de teatro, los juegos de palabras, o las sesiones del fisioterapeuta, entre otras. Pero además también tenemos otras actividades extras o festivas. Por ejemplo, todos los meses, un día se celebran todos los cumpleaños de ese mes, con una fiesta especial. También hacemos pequeñas excursiones por la ciudad, gracias a la multitud de posibilidades culturales que ofrece Cartagena… En definitiva, en la casa no hay tiempo para el aburrimiento.
Hermanas, ¿creen que la sociedad cartagenera es solidaria?
Sí, y nos lo demuestran día a día. Creemos que la casa la consideran como suya. Y este sentimiento es bueno, aunque muchas veces no se transforma en obras de colaboración más directa, que también son muy necesarias.
Si alguien quisiera colaborar ¿cómo lo podría hacer?
La ayuda que necesitamos no solo es económica, aunque sí que es la más importante, puesto que no tenemos subvenciones. Nuestra cuenta es IBAN ES 40 3058 0349 58 2810006580 (CAJAMAR). También se puede ayudar materialmente, mediante donaciones de artículos de primera necesidad alimenticia (leche, café, conservas…), de limpieza (detergente, suavizante, pañuelos, papel higiénico…) y de higiene personal (champú, colonia, pomadas…). En cuanto a los voluntarios, gracias a Dios ya contamos con muchas manos que nos ayudan en el día a día de la casa. Cualquier información la pueden solicitar en nuestro correo: cartagenasecretaria@planalfa. es o por teléfono llamando al 968 50 90 35.
Por último, brevemente:
Sin duda alguna una gran misión, con quienes siempre tienen mucho que enseñarnos… Sobre los abuelos cartageneros ¿cómo son?
Como en todas las ciudades, hay de todo. En general poseen un carácter muy alegre y muy abierto. Tienen la peculiaridad de la gente de la costa, ya que muestran una disposición de apertura muy grande, que les hace ser muy acogedores. Son muy amantes de lo suyo. Señalar también que en nuestra casa hay ancianos que no son naturales de Cartagena que, gracias al carácter de los de aquí, se sienten muy integrados y acogidos.
¿Qué servicios se prestan en la casa?
La casa presta una atención integral al anciano. Se atienden todas las facetas de una persona: atención médica, ayuda para sus funciones diarias (vestirse, comer, etc.), servicio de limpieza, cocina… Ellos también pueden ayudarnos, para sentirse útiles. Sus necesidades materiales están cubiertas. Dentro de estos servicios también entra la peluquería, el médico y actividades lúdicas, entre otros. Contamos con una terapeuta ocupacional y con una trabajadora social.
Además de estas actividades, para nosotras también es un servicio espiritual. Tenemos Misa diaria, contando con un capellán muy acogedor. Y nosotras, en la medida de nuestras posibilidades, con nuestro testimonio de vida y nuestra oración, les hacemos partícipes del espíritu cristiano.
Un trabajo encomiable… Por otra parte, ¿quiénes pueden acceder al asilo?
Los requisitos indispensables son que sean mayores de 65 años y que sean pobres, personas con pensiones bajas. Aún así, siempre se estudian todos los casos uno a uno. Otro requisito, que actualmente se pide en esta residencia de Cartagena, es que estén válidos, puesto que las plazas de asistidos están cubiertas en demasía.
¿Cuántas plazas hay en total?
Contamos con 65 plazas, de las cuales están cubiertas 63.
Santa Juana Jugán fue la fundadora de la Congregación, ¿cree que se sigue viviendo hoy en día el espíritu de la santa?
Lo intentamos, dentro de nuestro límite y de los tiempos en los que vivimos. Los ancianos son diferentes. La pobreza de aquellos días no es la pobreza de hoy, así como tampoco lo son los recursos y medios. Intentamos vivir el espíritu y transmitirlo. Aún así, las actuales normativas, como las de seguridad, nos limitan un poco el espíritu familiar.
Si alguna joven cartagenera leyera esta entrevista ¿qué les dirían respecto a la vocación religiosa, a través de las Hermanitas de los Pobres?
Ven y verás. Es compartiendo como creemos que se puede sentir mejor esa llamada del Señor. La vocación hay que descubrirla, y esto no se va a hacer desde el sofá de casa. Quizás nuestro ejemplo, nuestro testimonio, es lo que les podría llamar la atención.
En cuanto al día a día en la casa, ¿es una monotonía o hay diferentes actividades en las que puedan participar los ancianos?
Monotonía para nada. Ellos mismos a veces dicen que están muy ocupados. A parte de sus ocupaciones y rutinas personales, nosotras hacemos un plan con actividades para el mes. Hay algunas que son fijas, como la terapia ocupacional, la gimnasia grupal, el bingo, el taller de teatro, los juegos de palabras, o las sesiones del fisioterapeuta, entre otras. Pero además también tenemos otras actividades extras o festivas. Por ejemplo, todos los meses, un día se celebran todos los cumpleaños de ese mes, con una fiesta especial. También hacemos pequeñas excursiones por la ciudad, gracias a la multitud de posibilidades culturales que ofrece Cartagena… En definitiva, en la casa no hay tiempo para el aburrimiento.
Hermanas, ¿creen que la sociedad cartagenera es solidaria?
Sí, y nos lo demuestran día a día. Creemos que la casa la consideran como suya. Y este sentimiento es bueno, aunque muchas veces no se transforma en obras de colaboración más directa, que también son muy necesarias.
Si alguien quisiera colaborar ¿cómo lo podría hacer?
La ayuda que necesitamos no solo es económica, aunque sí que es la más importante, puesto que no tenemos subvenciones. Nuestra cuenta es IBAN ES 40 3058 0349 58 2810006580 (CAJAMAR). También se puede ayudar materialmente, mediante donaciones de artículos de primera necesidad alimenticia (leche, café, conservas…), de limpieza (detergente, suavizante, pañuelos, papel higiénico…) y de higiene personal (champú, colonia, pomadas…). En cuanto a los voluntarios, gracias a Dios ya contamos con muchas manos que nos ayudan en el día a día de la casa. Cualquier información la pueden solicitar en nuestro correo: cartagenasecretaria@planalfa.
Por último, brevemente:
- Atendiendo al interés de los ancianos en las excursiones que me han comentado que realizan ¿cuál creen que es el rincón que más les gusta de Cartagena?
Sin duda alguna visitar a la Caridad. Nos piden muy a menudo que les llevemos hasta la Madre de los cartageneros. También disfrutan mucho paseando por el centro y por el puerto de la ciudad.
- ¿Un cartagenero que admirar?
Quizás, centrándonos en un personaje, podríamos decir que Víctor Beltrí, que fue quien diseñó nuestra casa. De forma más genérica, a todos los bienhechores de la casa.
- ¿Un deseo para la Ciudad Portuaria?
Que siga siendo siempre acogedora y abierta.
- Para contestar al anterior entrevistado, ¿cuál es el último libro que han leído?
El Evangelio, es nuestro día a día.
- Y ustedes, ¿qué pregunta le harían a la siguiente persona a entrevistar?
¿Qué acción solidaria le gustaría llevar a cabo?
NOTA: Las fotografías son propiedad de las Hermanitas de los Pobres de Cartagena.
Entrada publicada el 03/06/16